VILLA EL SALVADOR COMBATE INSEGURIDAD CON TAN SOLO 80 SERENOS Y 20 MOTOS
Villa El Salvador es un distrito al
sur de Lima que estuvo compuesto inicialmente por asentamientos creados por
miles de migrantes del interior del país. Ellos invadieron los desiertos
baldíos en forma pacífica, y con mucha organización consiguieron servicios
básicos como luz, agua potable y electricidad.
Sin embargo, como ocurre en otros
distritos periféricos de la capital, los pobladores de Villa El Salvador
enfrentan unos grandes problemas, el de la inseguridad: los robos callejeros y
la existencia de pandillas.
En el último año el 53% de la población
de Villa El Salvador ha sido víctima en algún momento de un robo, según la
encuesta anual de Ciudad Nuestra.
Los vecinos han mostrado su
incomodidad a las autoridades de su distrito ante los constantes delitos que se
cometen en su distrito; ellos cuentan que los delincuentes circulan libremente,
movilizándose en mototaxis y buscando personas a quienes despojar de sus
pertenencias.
Este accionar delictivo es usual todas
las noches en la avenida Los Ángeles o en la intersección de las avenidas
Central con El Sol. “Siempre los rateros terminan arrastrando a las chicas por
toda la avenida – comentan los vecinos – justo cerca de un paradero del
alimentador.
Otra es la realidad que viven los
ciudadanos que habitan en distritos con menor extensión y menor densidad
poblacional.
Por citar un ejemplo, San Isidro
cuenta con un sereno para 69 ciudadanos. El personal de serenazgo de San Isidro
está integrado por 807 serenos, 37 patrulleros y 40 motos.
Si compramos Villa El Salvador (VES),
el distrito financiero en su presupuesto anual gasta 20 millones 112, 692 soles mientras que VES para
proteger a sus vecinos de la delincuencia gasta poco más de dos millones de
soles en seguridad.
“Al no haber una buena recaudación de
tributos, algunos distritos no pueden ofrecer un servicio de seguridad
eficiente, y la contratación del personal y la adquisición de bienes para dar
seguridad no son las adecuadas. No puede ser traslado el costo al vecino, quien
se resiste a pagar sus tributos por el servicio que recibe”, dice Julio
César Castiglioni, experto en temas municipales.
Indicó que la diferencia del
presupuesto de San Isidro y Villa El Salvador se explica por la cultura
tributaria de los vecinos.
Las diferencias son evidentes cuando
se analizan los salarios que perciben los serenos. En San Isidro un agente gana
como mínimo S/. 1,400 al mes, en una jornada de 8 horas. Un motorizado gana S/.
1,700 y un jefe de zona S/. 2,500. En cambio, en Villa El Salvador, un sereno
con una jornada laboral de 12 horas diarias perciben solo mil soles mensuales y
un supervisor máximo S/. 1,200.
“El orden interno está a cargo de la Policía
Nacional, pero no podemos dejar de lado que los vecinos piden respuestas a los
alcaldes por los problemas locales de seguridad. Algunos autoridades prefieren
indicar que no es competencia del gobierno, en lugar de aportar para que su
serenazgo sea eficiente”, agregó Castiglioni.
El experto plantea que los distritos
que no invierten de gran forma en seguridad coordinan con el Ministerio de
Seguridad se reúnen en grupos y mandan cartas al alcalde del distrito para
pedirlos su plan de seguridad ciudadana o piden a de IDL intermediar entre la
autoridad y los vecinos.
“Nosotros hemos trabajado con los
vecinos de Villa El Salvador en un Colectivo por la seguridad ciudadana que
agrupa a organización de la zona. Los vecinos organizados pueden fiscalizar a
su alcalde y saber qué está haciendo en seguridad, conocer con cuántos serenos
cuentan sus equipos y la capacidad que tiene su serenazgo para enfrentar la
seguridad. Los problemas locales son responsabilidad de los presidentes de los
comités distrital de seguridad ciudadana. Los alcaldes son jefes políticos de
seguridad en su distrito”, indica Cesar Bazán de IDL.
SERENAZGO
SIN FRONTERAS NO FUE MANTENIDA NI REFORZADA
Para combatir la delincuencia,
distintas municipalidades se han organizado en programas de seguridad tales como
el Serenazgo sin Fronteras o Plan Telaraña, pero en el transcurso de los meses
esa iniciativa no ha continuado.
“Esto fracasó porque el sereno al
llegar a la frontera del distrito no quería pasar al otro. No se siguió porque
este tipo de políticas de seguridad fue descuidado por el gobierno nacional.
Serenazgo sin Fronteras fue una iniciativa de algunos distritos, pero debió ser
política nacional”, comentó Julio César Castiglioni.
Indicó que el gobierno central debe de
comprometerse con las comunas locales a trabajar en conjunto las políticas de
seguridad y no dejar a la policía toda la responsabilidad de la seguridad.
Es importante definir una política
nacional concreta en seguridad y recuperar iniciativas aisladas y masificarlas.
La
República - 11 de marzo de 2014
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