EL DESCUIDO Y EL DESORDEN CONTINÚAN EN LA HERRADURA
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Chorrillo
no ha sancionado a ningún local por la venta de licor en el malecón.
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Los
baños públicos inaugurados el año pasado están sucios y abandonados.
Ni las bajas temperaturas ni la densa
neblina que ocupa por las noches la playa chorrillana La Herradura disuaden a
las personas de consumir litros de cerveza en el malecón. Sin serenos ni
policías que los detengan, los visitantes han convertido este tradicional
balneario en el lugar donde pueden infringir la ordenanza municipal que
sanciona la venta y consumo de bebidas alcohólicas en la vía pública con una
multa superior a 3mil soles.
Durante el fin de semana pasado El
Comercio comprobó cómo los comerciantes ambulantes y los meseros de varios
restaurantes del balneario vendían licor a los transeúntes en La Herradura. La
mayoría de consumidores ni siquiera camufla las botellas y algunos las arrojan
a la playa cuando han terminado.
Según el presidente de la Asociación
de Comerciantes de La Herradura, Fidel Linares, son las personas que visitan el
malecón las que traen licor en sus vehículos. No obstante, los meseros de los
restaurantes D’onofrio y Rivera se acercaron a este periodista para ofrecerle
cerveza. “Si desea, se la traemos al carro”, dijo una mesera del Rivera.
De los 14 restaurantes y bares que
funcionan en La Herradura, al menos 8 ofrecen licor a los vehículos que
ingresan al malecón. Además, un par de comerciantes ambulantes, quienes en
apariencia solo venden galletas y cigarrillos, recorren la playa con bolsas en
las que ocultan las botellas de cerveza.
Los únicos miembros de la ley visibles
en La Herradura se encuentran en la salida del túnel de dicho balneario. Los
fines de semana, desde las 7 p.m., varios agentes de la comisaría de Chorrillos
realizan operaciones de alcoholemia.
OBRAS
SIN MANTENIMIENTO
La Municipalidad de Lima invirtió el
año pasado más de once millones de soles en la recuperación del malecón de la
Herradura. Las obras incluyeron la renovación del pavimento, la instalación de
nuevas pérgolas y la construcción de dos servicios higiénicos. A ocho meses de
su inauguración, los baños instalados están deteriorados. Las griferías y el
equipo de iluminación han sido robados y las condiciones de higiene son
deplorables.
Uno de los comerciantes de La
Herradura indicó ayer que las puertas de los baños fueron forzadas en abril y
desde entonces los servicios siguen siendo usados, pero nadie los limpia.
La Empresa Municipal Administradora de
Peajes (Emape), que ejecutó la remodelación en La Herradura, señaló que la
Municipalidad de Chorrillos es la única entidad responsable del mantenimiento
del balneario.
“Es
una evasión notoria de sus responsabilidades”
Según el abogado experto en temas
municipales, Julio César Castiglioni, la ausencia de documentos que
acrediten la entrega de las obras de remodelación en el malecón de La Herradura
no eximiría a la municipalidad distrital de realizar tareas de mantenimiento.
“La municipalidad debe defender el
derecho de los vecinos de que se conserve una obra pública. Es cierto que la
remodelación del malecón fue realizado por la Municipalidad de Lima pero la
administración recae sobre Chorrillos. Es una evasión notoria de sus
responsabilidades”, dijo el abogado.
El experto indicó que la imposición de
medidas cautelares por parte de los comerciante de la Herradura tampoco es una
excusa para clausurar los negocios que infringen la ley. “El Tribunal
Constitucional ya estableció que el derecho del trabajo de las personas no
puede estar al margen de la ley, por lo tanto, nada detiene a la municipalidad
para fiscalizar el funcionamiento ilegal de negocios”, dijo Castiglioni.
El abogado indicó que según el
artículo 377 del Código Penal, el alcalde de Chorrillos, el gerente municipal y
el personal responsable de la administración de La Herradura pueden ser
autoridades por omisión.
“Esta acusación puede ser formulada
por cualquier persona o por el Ministerio Público. No hay que olvidar que en La
Herradura se está perdiendo una inversión que nos costó a todos”, dijo.
El
Comercio – 26 de agosto de 2012
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