ABOGADOS

Los abogados, en gran parte, somos responsables - más que otros profesionales - de lo que hoy es realmente nuestro querido Perú. Hemos sido presidentes, ministros, congresistas , asesores, directores, funcionarios públicos, alcaldes, regidores, maestros, periodistas, secretarios, empresarios, comerciantes y, por antonomasía, magistrados, fiscales, procuradores, defensores de oficio, etcétera.

No hay actividad pública o privada que un abogado no haya ejercido. Esto por la formación amplia y general que recibe desde los estudios de humanidades hasta los mismos estudios de derecho que fácilmente le pueden conducir al mundo de la administración, impuestos, contabilidad, pedagogía  y otras especialidades.

Siendo ésta una realidad incuestionable y que corresponde al género profesional, los abogados no podemos ni debemos soslayarla o ignorarla por comodidad o irresponsabilidad. Debemos comenzar a enmendarnos la plana, hacernos una autocrítica profesional y denunciar con coraje y valentía a los malos abogados, a los deshonestos, oportunistas, inmorales y prevaricadores. A los que no defendieron causas justas ni honraron a sus patrocinados y vejaron al colega o al joven estudiante de Derecho, haciendo burla de él.

Esta función, que es de carácter gremial, no la ejerció a plenitud el Colegio de Abogados de Lima. Hoy, la Dirección de Ética - conducida por el joven pero brillante abogado Julio César Castiglioni Ghiglino - está empeñada en realizar una profunda y verdadera profilaxis entre quienes ejercemos la abogacía. Empero, esta loable labor no debe quedar sólo y exclusivamente para la Dirección de Ética Profesional, sino tambíén todos los abogados debemos apoyarla para facilitar su difícil e ingrata tarea de denunciar ante la junta directiva del CAL a los malos abogados para que sean debida y justamente sancionados y/o expulsados de la orden. El lunes próximo publicaremos una lista de abogados que presuntamente serán investigados por esta dirección del CAL.

EL PERUANO, Lima, jueves 02 de mayo del 2002.